Review: Child of Light



Hacía ya algún tiempo que tenía ganas de jugar a un RPG o a un juego de fantasía, pero el hecho de que la mayoría duren más de 50 horas y que 10 de ellas sean lo que me lleva enterarme de cómo va el sistema de juego me echaba un poco para atrás, sobre todo ahora que no tengo tanto tiempo como antes y empiezo a quedarme frita más o menos cuando las gallinas se van a la cama. Así que necesitaba encontrar un juego que supliera mis necesidades de jugona de la tercera edad.

Y entonces fue cuando se cruzó en mi camino Child of Light.

Lo primero que me llamó la atención fue su diseño. Un juego bonito y elegante con gráficos cel shading que tienen aspecto de acuarelas. Una protagonista cuyo pelo flota al viento como si de una nube se tratara. Paisajes llenos de color y vida. Esa atmósfera de cuento de hadas que lo envuelve todo. Y además los diseños pertenecen a Yoshitaka Amano, diseñador de buena parte de los juegos de la saga Final Fantasy. ¿Qué más necesitaba?


Después me atrajo su precio (no os voy a engañar). ¿Un juego que apenas llega a los 20 euros? Tienes que estar de broma. ¿Y encima viene de manos de Ubisoft? Aquí hay gato encerrado. Pero he llegado a gastar más dinero en juegos que harían llorar a cualquiera (Prince of Persia, te estoy mirando a ti), así que merecía la pena probarlo.

Por lo que un día compré la edición digital y me puse manos a la obra.

La premisa es muy sencilla: eres Aurora, la hija de un duque austriaco, que una noche muere y al despertar aparece sola en un mundo fantástico. Para encontrar el camino de regreso a casa y salvar el reino de Lemuria, deberemos recorrer diferentes áreas junto a Ignículus y otros personajes que reclutaremos durante la aventura y enfrentarnos a diversos enemigos.

El juego te da la opción de elegir el nivel de dificultad al inicio del juego (lo que vendría a ser normal y difícil) y nos proporciona tutoriales a medida que avanzamos. El sistema de combate es muy sencillo y se basa en turnos, que tendremos que usar con cabeza para saber cuándo atacar y defendernos, poder bloquear los ataques enemigos y salir de los enfrentamientos indemnes.

Aurora es el personaje principal con el que jugaremos al principio de la aventura y sus poderes se basan en la ofensiva cuerpo a cuerpo y en las magias de luz. A medida que encontremos nuevos compañeros, podremos elegir a magos, sanadores, tanques, etc. para que formen el grupo de ataque, compuesto siempre por dos luchadores. Lo bueno es que podremos elegir con quién jugar durante el combate y cambiar a cualquier otro personaje si no estamos cómodos con nuestra elección. El personaje de Ignículus nos servirá como apoyo, para resolver puzles, curarnos o cegar a los enemigos.

Al terminar el combate recibiremos experiencia para que nuestros personajes suban de nivel y podamos asignar puntos a nuevas habilidades y aumentar nuestros parámetros. También recibiremos objetos curativos y de apoyo, y diferentes piedras que podremos usar para equiparlas y obtener mejoras y efectos adicionales. También podremos combinar estas piedras y crear otras mejores y más poderosas.


Lemuria también está llena de personajes que nos pedirán ayuda y ofrecerán una recompensa a cambio. Hay un total de 12 misiones secundarias (1 pertenece a un DLC) que podremos realizar durante la aventura. Además, hay desperdigadas por el mapa 16 Confesiones coleccionables que deberemos encontrar para descubrir más cosas sobre la historia de Lemuria. Por el mapa también podremos recoger objetos y abrir cofres.

Otro de los puntos fuertes del juego es su banda sonora, una verdadera joya musical que nunca cansa a pesar de repetir el mismo tema en todos los combates aleatorios que suceden en el juego. Pero es una música tan emotiva y llena de magia que es capaz de envolvernos y llevarnos de la mano por este mundo lleno de aventura y color.


¿Un momento? No todo puede ser bueno, ¿verdad? Algo malo tiene que tener. Claro, como todas las cosas. La duración no es mucha y es posible acabar el juego en unas 20 horas holgadas y hacerse con todos los trofeos y coleccionables en una sola partida, por lo que su vida útil y su rejugabilidad son muy escasas.

Además, como no podía ser de otra manera, un juego que distribuye Ubisoft tiene que tener problemas por defecto. Como usuaria de PS3 he tenido que comerme alguno bastante serio. Al jugar a Child of Light, tienes la posibilidad de hacerte una cuenta de UPlay y vincularla para conseguir bonificaciones. Bien, si tienes una PS3 y se te ocurre vincular tu cuenta de UPlay, llegará un momento en el que el juego se te ralentizará de una manera insoportable, la música sonará a trompicones y no podrás jugar decentemente porque el juego se te colgará o se atascará tanto que no podrás avanzar. ¿Solución? No vincules la cuenta UPlay. ¿Que ya lo has hecho y no puedes desvincularla? Antes de arrancar el juego, desconéctate de PSN y juega offline; de esta forma no tendrás ningún problema.

Entonces, ¿debería jugar a Child of Light? Sí. Puede resultar un juego pequeñito, un RPG sencillo que solo ofrece lo que ves, pero es una experiencia tan satisfactoria que merece la pena invertir algo de dinero y tiempo en probar esta joya audiovisual. ¡Y qué narices! Cuando Ubisoft hace algo bien también hay que reconocérselo, ¿no?



0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Escucha nuestro podcast

Twitter